En Benalua han derribado un edificio abandonado por la presión vecinal, y en los barrios de José Antonio y el Raval-Roig arrecian las quejas por charcos de aguas fecales de un desagüe y una plaga de cochinillas. Palomas, gatos ratas, acampan a sus anchas entre las desechos y los escombros. Un huerto urbano no puede disfrutarse porque el olor es insoportable. Desde octubre del año pasado una plaga de cochinillas invaden los hogares y se han recogido más de 200 firmas de afectados que han presentado al Sindic de Greuges. Los insectos proceden de unas chumberas de la ladera del monte Benacantil.-
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