Cuando uno comprueba lo que tanto nos han dejado nuestros maestros, lo mucho que hemos aprendido de ellos y comprueba la dejadez por parte de las instituciones hacia estos alicantinos que tanto nos dieron, a uno se le revuelven las entrañas ante la rabia é imposibilidad de encontrar una solución más acorde para todos. Que en plena Cámara de Comercio, me encuentre un mural de Gastón Castelló fechado en el año 1.986 y en estado deplorable, és indecente para esta institución que pretende representar a todos los empresarios de la ciudad. Un mural partido en dos y a falta de losetas debido a los golpes. Si presumimos de buenos restauradores ¿Tanto cuesta darle un "repasito" a este mural.-