He tenido que esperar mucho años para poder encontrarmelos como en esta ocasión, de incognito por la ciudad. Nada menos que a Papá y Noel su señora, por los mercadillos tradicionales que cada año son visitados por los niños/as junto con sus papás con los hojos bién abiertos, escudriñando que juguete van a pedir este año. Me contaban que, se habian quedado sin duendecillos para fabricar juguetes é intentaban buscar alguno para el próximo año. No tenemos más remedio que ir hasta la población de Ibi y si pueden que los manden ellos por mensajeria porque, tenemos el trineo en el taller para un cambio de renos. Este año si que hemos comprobado que está la Navidad muy fria. Los papás de fijarse se fijan mucho, como los muchuelos pero, no compran nada y esto no és bueno. Estamos consultando con los duendecillos alicantinos y nos auguran un próximo año mucho más incierto que este y de seguir así, no lo bamos a pensar si volveremos porque todo lo que teniamos ya lo dimos en su dia. No obstante haremos un esfuerzo. Y con desanimo y pesadumbre, me puse a deambular por la plaza sin rumbo fijo dejandome llevar por mi inercia que me condujo a San Nicolás de Bari a rezar por un mundo más justo.-
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