No todos los dias se presenta esta oportunidad historica de poder hacer una visita a Belén y me decidí por ello. Mi sorpresa fué mayúscula cundo me encontre a José deprimido y con la vista perdida en la poca lumbre que aún quedaba. He dejado la carpinteria porque no recibo encargos y Maria se ha puesto a trabajar para intentar paliar esta situación familiar. Efectivamente, fuí a verla y Maria, se encontraba vendiendo sus pastas artesanales, sus tartas de manzanas, nueces, cocas de bizcocho, entre otras pero, al parecer el esfuerzo no era bién recompensado. Al final, decidieron volver a sus costumbres dentro del pajar esperando un milagro. Y menos mal que no se me ocurrió preguntar por el niño!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario