Un buén hombre, no se metia con nadie y sin embargo recibia palizas de muerte sin sentido alguno. Su deambular era la estación de Autobuses ó alrrededores, el portal DÉlx, la plaza de Abad Penalva y el consultorio de la Santa Faz donde era tratado por ún medico. No pedia, no mendigaba y quién lo conocian (como yó) solo le ayudabamos para comer. Y así lo hacia. Intenté algo más, publicar su historia de la vida y se prestó a ello con la esperanza de un llamamiento de los Servicios Sociales (he dicho llamamiento) mierda. Ahora no he vuelto a verle por la ciudad y quizá lo han llamado pero para su muerte. ¡¡Lamentable!!.-
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