Finalmente encontró lo que tanto amaba, era su propia familia, su obra preferida, la captó en su hogar, en la propia mesa, en una de tantas y tantas comidas llevadas a cabo y demostraba que, núnca habia estado solo. Por unos momentos volvian a su mente sus recuerdos, su expresión de felicidad perdida por la obligación de un sustento que no compartia. Habia caido en la rutina.
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