De nuevo la música, el llanto de unas cuerdas de guitrra, su música aquella que escuchaba en sus noches. No se debe hacer de ciertas cosas objetivos de diversión y la Meretriz abatida pensaba que, sus alegrias y sus penas habian hallado dentro de ella la latitud conveniente. Yo cerraré los hojos a la realidad pero núnca a mis recuerdos. Convencida de que conocia a los hombres, sin pedirles más de lo que ellos podian dar.
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