Uno no vé lo que no quiere ver. Cuando se iniciaron las obras para la construcción del nuevo parking y las escasas viviendas junto a la ladera de Santa Cruz, después del desprendimiento de sus muros, intenté acceder a las obras antes de su cimentación y la entrada se me negó a cal y canto. Como un perro perdiguero en busca de su presa para indicarsela al cazador para que esta fuera avatida, un tufillo me olia a tierra de antaño. Hoy puedo demostrar que, con mi cámara y simplemente con un disparo, mi objetivo habia captado la presa, en este caso la imagen y comprobé como, de nuevo se habia procedido a la destrucción de nuestra historia. Hay os dejo un ejemplo de lo poco que queda de un pasado que núnca vivimos pero, que nos gustaria recordar y estudiar. Restos que en definitiva hoy no puedo calificar,.-
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