Cuando mi vista alcanza y comprueba las largas colas de pensionistas ó jubilados para que estos reciban un simple plato de "paella", me recorre por el cuerpo una electricidad de alto voltaje que no lo puedo soportar. Y puedo hacer ó decir algo al respecto ¡¡Nó!! Como se manipulan, como se dejan manipular, como és posible. Hay que comprenderles de una vez y darles el verdadero valor que tienen. Su comportamiento debe gozar siempre de un enorme prestigio ante los demás y no siempre es así. Menos manipulación, menos platos de paellas y más y mejor calidad de vida para todos.-
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