Las rampas para acceder a la zona central ajardinada de la Plaza de Gabriel Miró no están pensadas para ir con carritos. Algunos asiduos se quejan de que no hay manera de subir y más vale utilizar los peldaños de las escaleras. En todo caso, al ser ambos de piedra antigua y muy pulida por el uso, además resultan resbaladizas y peligrosas.-
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