Como se les ocurre atentar en contra del patrimonio de la ciudad. Quién otorgó los permisos para ello. Se gastan miles y miles de euros para su conservación y de repente, aparecen unas antenas de televisión incrustadas en plena roca milenaria.No obstante, parte de culpa és de los propios alicantinos por consentir estos atentados que no son los primeros ni serán los últimos. ¿Que ganamos con las dimisiones? ¡¡Nada!! Necesitamos solamente un personal más eficiente y amante de lo nuestro.-Castillo de Santa Barbara
No hay comentarios:
Publicar un comentario