Los gritones bandos de pequeñas cotorras de Kramer, son cada dia más numerosos. Así ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y ahora Alicante, tienen el mismo origen: escapes ó sueltas de ejemplares adquiridos en pajarerias como aves de jaula y con caprichos de los peques y poca concienciación por parte de algunos padres. Hoy y debido a su proliferación, está prohibida su venta y su captura resulta extremadamente dificil, solo a través de las aves de rapiña. El camuflaje de esta cotorras de Kramer, és excepcional al fundirse con el verdor de la naturaleza y solo distinguidas por su fuerte pico de color rojo. No hay que confundirlas con las argentinas. De buena mañana al despuntar el dia, son más ruidosas y solo durante su vuelo diurno suelen descubrirse ellas mismas. Aprovechan las nidificaciones de otras aves para las puestas de ellas que, por lo general son de dos veces al año.-
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