Que menosprecio para los campelleros y de lo que podia haber sido turisticamente de cuidarlo y llevarlo a buén termino, se ha convertido en un nada. Yo tuve la "suerte" de estar presente durante parte de las excavaciones efectuadas en los testares y pude comprobar la gran cantidad de hornos y anforas entre otros elementos, como grandes tinajas para el aceite ó agua y como se llegó a su total destrucción. Este cabo queria ser adquirido por el alcalde de aquellos años Juan Ramón Varó del PP pero, su inexperiencia hizo que la adquisición lo fuera por parte de la Diputación por importe de 30 millones de las antiguas pesetas. Hoy no queda nada de ello y en su lugar una bonita urbanización cubre la Historia de un pueblo marinero por tradición.-
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