Para esta valencina Rosita Amores, le sobran tablas, le sobra arrojo, le sobra picaresca, le sobra espontanedad, le sobran pechos y sobretodo, le sobra no poner a ciertas personas al rojo vivo y al borde del infarto. No está operada ni tampoco lleva silicona y con un golpe de una sola teta te manda de Valencia á Tortosa.-
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