En esta casona junto a las vias del tren y a escasos metros del cementerio, vivian unas familias de rumanos que, llegaron a ser denunciados hasta la saciedad por los propios gitanos de la zona debido a la gran cantidad de porqueria que generaban, Hasta que llegó un dia que fueron desalojados y de ahí, fueron a parar al tumulto de hoy en dia en Juan XXIII.
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