El picaro ya no existe, ha muerto de las calles de las ciudades y ahora impera la mala fé, la maldad y hasta la mala leche. En este caso, el joven queria sacar tajada en la parada del autobus en la Rambla aduciendo que, el señor que tenia a su lado le habia empujado y tirado al suelo ocasionandole daños y que presentaria la oportuna denuncia. Menos mal que, aún y con testigos presentes y a sabiendas de la mentira, nadie queria otorgar su testimonio. Tan solo dos personas y una a la fuerza, fueron capaces de atestiguar los hechos y la mentira del joven ¡¡Que fuerte!!.-
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